La palabra tibetana Bardo significa literalmente "estado intermedio" aunque también es traducido como "estado de transición". En Sánscrito el concepto se llama antarabhāva.
Fremantle (2001) establece que hay seis bardos tradicionales conocidos como Los Seis Bardos:
- El Bardo de la propia Vida (p.55).
- El Bardo de la Meditación (p.58).
- El Bardo del Sueño (p.62).
- El Bardo de la Muerte (p.64).
- El Bardo de Dharmata (p.65).
- El Bardo de la Existencia (p.66).
Concepto
Fremantle (2001: p.53-54) gráfica el desarrollo del concepto del bardo a través de la tradición de los Himalayas:
Originalmente el bardo se refiere sólo al período entre una vida y la siguiente, y este sigue siendo su significado usual cuando se menciona sin calificación. Ha habido una gran disputa sobre esta teoría durante los siglos recientes en el Budismo, uno de los lados argumenta que el renacimiento (o la concepción) se sigue inmediatamente después de la muerte, y el otro asegura que debe haber un intervalo entre ambos. Con el surgimiento del Mahayana, ha prevalecido la creencia de un período de transición. Luego el Budismo expandió la idea de distinguir seis o más estados similares, que cubren el ciclo completo de vida, muerte y renacimiento. Pero también puede ser interpretado como cualquier experiencia transicional, cualquier estado entre dos otros estados. Su significado original, la experiencia entre la muerte y el renacimiento, es el prototipo de la experiencia del bardo, mientras que los seis bardos tradicionales muestran como las cualidades de la experiencia están también presentes en otros períodos transicionales. Afinando el entendimiento de la esencia del Bardo, este puede ser aplicado a cualquier momento de la existencia. El momento presente, el ahora, es un bardo continuo, siempre suspendido entre el pasado y el futuro.
El término "bardo" a veces se utiliza de manera vaga para referirse al estado de existencia entre dos vidas en la tierra. De acuerdo con la tradición tibetana, luego de la muerte y antes del próximo nacimiento, cuando la propia conciencia no esta conectada con un cuerpo físico, se experimenta una variedad de fenómenos. Esto usualmente sigue una secuencia particular de degeneración, desde, justo después de la muerte, las más claras experiencias de realidad de las que somos capaces, hasta, posteriormente, las más terribles alucinaciones que surgen de los impulsos de las acciones torpes previamente realizadas. Para los avanzados espiritualmente el bardo ofrece una gran oportunidad para la liberación, ya que una claridad espontánea puede surgir de la directa experiencia de la realidad, mientras que para otros este puede volverse un lugar de peligros debido a las impresiones kármicas negativas que pueden orientarlos a un renacimiento poco deseable.
En la cultura occidental, el término bardo puede referirse a una suspensión de nuestra vida ordinaria, debido a, por ejemplo, la realización de un retiro espiritual. Tales oportunidades proveen un fructífero avance espiritual, debido a que se reducen las restricciones externas, sin embargo es también un desafío debido a que nuestros impulsos torpes pueden surgir de la misma que forma que en el Bardo Thodol.
Referencias:
- Fremantle, Francesca. Luminous Emptiness. Boston: Shambala Publications, 2001. ISBN 1-57062-450-X
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